EL CAMINO DE LA RECOLECTORA
Armada únicamente de conocimiento, de intuición y de oraciones, la mujer recolecta gran cantidad de plantas y de sustancias minerales para la cocina, la magia, la higiene y la cosmética.
La recogedora tiene que conocer perfectamente dónde y cuando encontrar lo que necesita, la forma más adecuada de conservar, almacenar, preparar las sustancias y utilizarlas en condiciones que resulten eficaces e inocuas.
Una mujer medicina nativa nunca aplica el mismo remedio al mismo síntoma físico en distintos pacientes, ya que trata al ser en su totalidad.
Para ella, " hacer medicina" es conocer al paciente, a su familia, su condición espiritual, mental, física, ambiental y social, y cómo combinar todo eso en el proceso de curación.
La aspirante-chamana es también muy consciente del espíritu que hay tras la planta, roca o cristal usados en el tratamiento, a los cuales hay que dar las gracias por la ayuda que están aportando. Esta parte del trabajo de una mujer medicina se caracteriza por la tensión espiritual, aunque no tan intensa como en su primer parto, sus primeras reglas o su responsabilidad de mujer joven de aprender a respetar a los demás ( humanos e inhumanos ) y a sí misma.
Una mujer medicina que no consigue equilibrio, responsabilidad y conciencia puede suponer un desastre para toda la comunidad, porque el poder de la mujer es grande y, cuanto mas desarrolle la disciplina y devoción, más aumentará su poder.
Las mujeres que siguen el camino de la recogedora tienen que ser interiormente seguras, estar profundamente preocupadas por la vida espiritual del planeta y ser capaces de sacrificar su trabajo y su ego por el bien de la comunidad.
La ley espiritual básica que la mujer aprende en el camino es que la aspirante a chamana debe dar mucho antes de recoger poco, y todo lo que obtiene de su duro esfuerzo y pruebas personales lo tiene que utilizar en alimentar y fomentar la vida."
Extraído de "El camino de la belleza" de Mito Lakota
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